💪 Tiempo de líderes
Liderar personas es un arte que deberíamos aprender si deseamos inspirar y motivar a los demás a ser mejores personas y a trabajar por grandes ideales.
📋 Contenido
- Liderazgo en las empresas
- Liderazgo en las familias
- El rol de los líderes
- Entendiendo el liderazgo
- El desafío de liderar personas
- Escuela de liderazgo
- Reflexiones finales
"Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo. Evoca primero en los hombres y mujeres el anhelo del mar libre y ancho” escribe Antoine De Saint-Exupéry en El Principito. A la hora de emprender un proyecto, muchas veces nos ocupamos demasiado de los detalles técnicos y no lo suficiente de las personas involucradas y sus necesidades e intereses. La capacidad de liderazgo resulta fundamental para el éxito de cualquier empresa, aunque no es una tarea sencilla. De hecho, el World Economic Forum identifica el déficit de liderazgo como uno de los principales desafíos globales. Se trata de una cualidad difícil de desarrollar, que implica combinar habilidades duras y blandas para inspirar a individuos diversos, con distintos objetivos y anhelos, hacia un objetivo común. Te invito a reflexionar un poco sobre el tema en este artículo y tratar de entender cómo ser un buen líder y motivar a tu equipo.
👨💼 Liderazgo en las empresas
El trabajo es un ámbito donde el liderazgo tiene impacto directo. La escasa confianza hacia quienes dirigen es una de las principales razones de la alta rotación de personal y la dificultad a la hora de retener el talento en las empresas. Esta rotación atenta contra la sustentabilidad de los proyectos a largo plazo y el desarrollo de una cultura organizacional robusta, sin mencionar que las personas están menos motivadas, su rendimiento cae abruptamente y se limitan las acciones en pos de la mejora continua.
En la carrera laboral, es común empezar en un puesto operativo, donde se aplican principalmente conocimientos técnicos; pensemos en un joven médico, un ingeniero, un trabajador en una planta de producción. A medida que el joven empleado progresa, podrían ascenderlo, pasando a estar a cargo de equipos de personas, constituyéndolo un mando medio en la organización. Ahora, esta persona, muy capacitada en lo técnico, tiene que coordinar un equipo, lo que implica utilizar un conjunto de habilidades en las que no fue formado. Las organizaciones no contemplan esta gran misión y sus desafíos; no capacitan en comunicación efectiva, escucha activa, cómo dar feedback, resolución de conflictos, gestión de equipos, motivación… simplemente esperan que funcione. Salvo el caso de un esfuerzo personal intenso, si este nuevo mando no es bien acompañado, probablemente termine frente a numerosas dificultades que no sepa cómo sortear, lo que resulta en un gran estrés y frustración para él y un impacto directo en la productividad y el ambiente del grupo.
A esta consideración, que históricamente fue así, se suma hoy a una crisis de autoridad. Quien está en un cargo jerárquico ya no es respetado sumisamente sino que se obedece por el rol que está desempeñando y las decisiones que puede tomar, como una sanción o despido. Ejercer la autoridad sin liderazgo verdadero puede resultar para quienes obedecen, un cumplimiento vacío y sin sentido, incluso llegando a percepciones extremas de autoritarismo, abuso de poder, manipulación o represión. Con esto no niego ni voy en contra de la existencia de normas y autoridades, necesitamos un orden que nos proteja del caos. Sin embargo, en este mundo globalizado e hiperconectado, todo es más horizontal y democrático, existe mayor conciencia de la libertad y capacidad de cada uno, estamos más informados y el conocimiento está a disposición de todos.
Por ello, asumir que a cambio de un sueldo, el empleado debería “perder la libertad de manera servil” por 8-10 horas, no es un mecanismo hoy imaginable, especialmente si se trata de roles profesionales. En el ámbito laboral, se puede acceder a ofertas laborales de todo el mundo desde la comodidad del sillón por lo que, si tu empleado no está comprometido y se quiere ir, ¡se va a ir! Más que empleados, mejor sería contar con aliados que construyan contigo y te ayuden a sobrepasar los momentos de tormenta (que los habrá), y eso se logra con liderazgo. Si tu único objetivo como jefe es estrujar a tus empleados mientras puedas, debes saber que no permanecerá nadie, y si queda alguien, recuerda el síndrome de Estocolmo.
👨👩👧👦 Liderazgo en las familias
El liderazgo juega un rol fundamental a nivel familiar. La alusión a la autoridad hoy tiene mala prensa: “esto se hace así porque soy tu padre/madre” podrá funcionar los primeros años, pero no es sustentable por sí solo si queremos criar futuros adultos libres, pensantes y autosuficientes. En la familia debe existir un entorno estructurado con sus reglas, normas y límites, en ocasiones flexibles, pero deben ser un claro reflejo unos objetivos trascendentes que los padres viven e inspiran a vivir. Los niños entenderán que la regla es solo una manifestación puntual del propósito trascendental y estarán siempre en busca de la coherencia con esos ideales y valores. Es decir, en lugar de una serie de reglas aleatorias y arbitrarias, debemos buscar transmitir un mensaje a través de ellas, un mensaje que no solo expresemos sino que los encarnemos, siendo los padres el primer ejemplo.
Bajándolo a un ejemplo, la “obligación” de realizar una tarea del hogar como poner la mesa, empieza siendo una clara imposición de los padres. Sin embargo, si la misma es ocasión de mostrar el valor del servicio a los demás, de sobreponerse a la pereza, de prepararse para compartir un momento familiar, transmitimos valores trascendentes que se manifiestan en una acción puntual. De la misma manera que un albañil puede responder respecto de su tarea “estoy picando piedras” mientras otro responde “estoy construyendo una catedral”, debemos enseñar a ver en nuestras acciones partes necesarias de un propósito grande. Y es tarea de los padres abrirles los ojos a esos valores.
Ahora, para que los padres no sean solo la autoridad solicitando algo sino que tales comportamientos inspiren hábitos y valores deberían:
- Reflejar un propósito claro: tener identificado qué mensajes, valores o virtudes queremos transmitir y posteriormente las consecuentes acciones que derivan de ellos. ¿Se han sentado con su pareja a charlar qué tipo de familia desean y cómo alcanzarla? Ideales y luego reglas y acciones, no al revés. Sino el mensaje puede ser difícil de incorporar.
- Saberlo comunicar: es importante, además de tener identificados los objetivos, saber explicar su valor y cómo es vivido en la familia. Es un objetivo común y todos colaboran para conseguirlo. Así los niños asocian las reglas al hecho de conseguir o construir algo valioso. Por eso los llamamos “valores”.
- Coherencia de vida: transmitimos mucho más con el ejemplo que con la palabra. Quizás podamos llevar al consciente estos ideales y explicarlos, incluso asociarlos a acciones, pero los niños verán y juzgarán siempre nuestro actuar. Si le exigimos “no mientas”, porque la verdad es un valor, y nosotros como adultos no cumplimos nuestra palabra, interpretarán que ese valor no es tan valioso después de todo.
🚀 El rol de los líderes
Los líderes son claves para alinear las voluntades en busca de un objetivo común. Un buen líder inspira, motiva, y da seguridad a su equipo, quienes confían él y su visión, muchas veces más que en el proyecto en sí mismo. De hecho, en el plano social los líderes son formadores de opinión y creadores de cultura. Incluso se observa en ocasiones que una medida tomada por un presidente sin la confianza del pueblo puede tener el efecto contrario al deseado.
En este mundo donde las barreras sociales, políticas y religiosas se desdibujan en comunidades y empresas cada vez más cosmopolitas, donde la libertad es una bandera, el concepto de autoridad se pone en jaque. Y es que la autoridad se impone pero el liderazgo se inspira. Los líderes nos animan a más, a superarnos, a seguirlos en busca de ese objetivo altruista y nos sentimos interpelados a responder. Es por esto importante que, si aspiramos a construir mejores familias, sociedades y organizaciones, empecemos por desarrollar el liderazgo, tanto en puestos de autoridad como en la sociedad en general. Pero, ¿qué es lo que hace a alguien un líder?
💡 Entendiendo el liderazgo
No es fácil definir liderazgo y la bibliografía es muy heterogénea, sin mencionar que existen distintos tipos personalidades que ejercen el liderazgo de formas diferentes.
Si tuviéramos que describirlo, podríamos decir que un líder es una persona que está comprometida con un propósito valioso, que sabe comunicarlo e inspirar confianza y seguridad en su equipo.
Tratemos de profundizar un poco en todo esto:
- Compromiso con el propósito: objetivo claramente identificado. El líder está dispuesto a descubrir y recorrer el camino para alcanzarlo, sorteando los obstáculos que surjan, con un firme compromiso en alcanzar la meta.
- Propósito valioso: eso que se desea alcanzar es valioso por sí mismo y logra alinearlo con las metas personales de los miembros de su equipo.
- Comunicación inspiradora: no sólo se trata de identificar el valor del objetivo sino también saber comunicarlo y sostenerlo en el tiempo. Además, el líder debe conocer lo suficientemente bien a cada persona de su equipo como para identificar sus habilidades e intereses, tal que cada uno pueda contribuir lo mejor posible al proyecto y a la vez, desarrollarse personal y profesionalmente.
- Confianza y seguridad: la comunicación y acciones del líder han de generar confianza, saber que esta persona hace, dice y piensa en concordancia. Eso, sumado al correcto trato humano, da seguridad al liderado quien puede dedicarse en sus labores sabiendo que el jefe es una persona íntegra y su previsibilidad brinda seguridad.
Como vemos, no hace falta tener un cargo de autoridad para ser líder, aunque necesitamos grandes ideales y compromiso con ellos. Además, es importante mencionar que se han identificado distintos estilos de liderazgos y que también depende de la situación específica, pero serán temas que trataremos en otra ocasión.
🤝 El desafío de liderar personas
Una lección que debe tener presente todo líder es que las personas son complejas y son diferentes. Es increíble lo rico en cultura, experiencias, sueños y objetivos que puede ser cada uno de nosotros. Y a esta complejidad se suma que no hay dos personas iguales, mucho menos en estos aspectos. Si el trabajo del líder es alinear las aspiraciones personales con los objetivos del proyecto para que cada uno lo haga propio, debemos conocer bien a cada miembro del equipo. Es por eso que jefes de área con 50-60 personas a cargo difícilmente puedan ser buenos líderes. En tal caso, divide en 6 equipos de 10 con un coordinador a cargo y lidera a esos 6. Sin equipos lo suficientemente chicos, nunca podrás conocerlos realmente.
Es lógico por tanto concluir que el líder debe contar con habilidades humanas para poder interactuar de manera efectiva con cada uno de ellos, poder entenderlos y darles feedback de su accionar en el proyecto. Sin habilidades humanas y un real interés por las personas, el liderazgo se debilita ya que un factor importante es la confianza y la confianza no se impone, la confianza se gana.
🎓 Escuela de liderazgo
Unos de los objetivos si queremos construir un mundo mejor es no solo trabajar por ser buenos líderes sino también fomentar el liderazgo en los demás. Desarrollar líderes implica generar capacidades individuales como conciencia de un propósito, habilidades humanas y auto-motivación. El desarrollo del liderazgo en cambio, hace foco en el capital humano, a través de la generación de obligaciones y compromisos recíprocos sobre las bases del respeto y confianza mutua.
Así, no solo se busca “cumplir las reglas”, que es una ética de mínimos, sino generar cultura que inspire a los individuos a más, la búsqueda de una sociedad, trabajo, familia más fraterna y magnánima, donde todos caben y pueden crecer. Al interpretarse líderes, protagonistas, responsables y capaces del cambio, el metro cuadrado personal cambia. Quizás un metro cuadrado sea poco pero muchos granos de arena conforman el vasto desierto. No busquemos grandes cambios, inspiremos los pequeños cambios personales que contagiarán a muchas personas.
🤔 Reflexiones finales
Por último, creo conveniente destacar que para ser un gran líder, debes procurar ser un gran ser humano. Todas estas reflexiones que hemos visto, caen en vaso roto si primero cada uno de nosotros no ordena y se hace responsable de su propia existencia. Los líderes son profundamente conscientes de cómo piensan y se comportan, demostrando una unidad de vida e integridad moral. No podemos dar a los demás y exigir lo que no tenemos o al menos luchamos por vivir. Hay que animarse y animar a los demás a ser personas admirables. Recordemos la escena bíblica en la que Abraham negocia con Dios por Sodoma: si encontraba unas pocas personas justas, evitaría la destrucción de la ciudad. Creo que es una buena imagen para la sociedad actual: quizás un puñado de personas admirables pueda inspirarnos y animarnos a ser un poco mejores.
🏁 Resumen
Un líder es una persona que está comprometida con un propósito valioso, que sabe comunicarlo e inspirar confianza y seguridad en su equipo. Implica orientar voluntades hacia un objetivo común.
A través de un conocimiento profundo de las personas, habilidades humanas e interés real por los individuos, el líder logra que cada miembro del equipo aporte sus habilidades particulares mientras se desarrolla personal y profesionalmente.
Los mejores líderes son personas admirables. Quizás no sean perfectas pero luchan por ser personas coherentes, íntegras y honestas.